Despertar

New York, El Bronx - Abril 2012


Mi cuerpo esta limitado en un estrecho espacio trato de moverme pero no me responde, el olor a tierra húmeda anega mi olfato, el ruido de la lluvia es amortiguado y lejano, vuelvo a caer en un sueño pesado, no sé cuanto tiempo ha transcurrido desde que gobernaba la reina Victoria allá en  Londres; esos recuerdos quedaron atrás, ahora escucho nuevamente, el sonido no es claro, me pierdo en su inconsistencia que va a acompañada de suaves aromas a flores, las notas musicales que se elevan como pensamientos a larga distancia son producidas por lo que parece un violín, agudizo mis sentidos estos son exaltados por mi naturaleza vampírica, puedo concentrarme en la melodía y seguirla mentalmente a su origen, visualizo unas delgadas y femeninas manos que tocan diestramente las cuerdas, la sinfonía del violín es parsimoniosamente acompañada por una guitarra de sonido raro y estridente, giro mi visión alrededor dejando de concentrarme solo en la música, veo a través de los ojos de la violinista de tanto en tanto cuando abre sus parpados para tomar un descanso y dejar el instrumento de lado.

 

No había encontrado una razón para volver después de lo sucedido en Londres, pero la imagen femenina que percibía mentalmente tocando el violín, clamaba  que me adueñara de su  alma vibrante, las agudas notas de el instrumento en sus manos despiertan mi hambre que yacía dormida, excita a la bestia cada que toca furiosa sus cuerdas, deseo poder tenerla entre mis brazos, poseerla.

 

Reúno las pocas fuerzas  golpeo una y otra vez la madera, una avalancha de tierra me cubre el rostro, el terror casi humano me invade al sentir una falsa asfixia, exhausta  me refugio y me alimento de roedores por algún tiempo hasta que puedo ser capaz de cazar animales de mayor tamaño, el ruido es constante ensordecedor nunca hay calma o paz, las luces nocturnas brillantes casi me ciegan, si no fuera por el dulce aroma de la violinista pensaría que estoy en el infierno o que realmente ya no pude contener mi locura.

 

Mientras permanecía en letargo mi mente absorbió los hechos sucedidos en las últimas décadas a través de las personas que recorrían el lugar, por las voces que salían de sus insólitos aparatos que hablaban de guerras, hambrunas, sequias y avances científicos, parece que en este es un mundo nuevo las mujeres han dejado de lado los pomposos vestidos, los caballos han sido remplazados por bestias de hierro que expulsan humo ¿Se imaginan? ¿Un vampiro ancestral en una urbe de hierro?

 

Al fin cuando me siento capaz de recorrer la distancia hacia mi victima salgo de mi recién abierto y polvoso escondite, mis pies descalzos caminan guiados por el recuerdo del violín, al salir de mi refugio mi atención es atraída brevemente por las estructuras del cementerio, asemejan un poblado italiano, hay estanques, monumentos y una capilla, al cruzar las puertas que dan a la salida no puedo evitar apreciar el estilo neogótico sobre la piedra rojiza y una placa con un grabado que representan escenas bíblicas del Nuevo Testamento como Lázaro, hijo de la viuda, y la resurrección de Jesús a través de los gateways también hay un letrero que dice “Green wood cemetery”

 

Mi instinto me lleva en dirección a la violinista cuya distancia ahora de pie tengo mas clara,  probablemente unos 4 kilómetros, aun me siento desorientada, atravieso por debajo de un puente que vibra con el pasar del tren, las personas van y vienen sin prestarme la menor atención, algunas chocan contra mi y otras me rodean evitándome, sí claro lo sé, soy una indigente cubierta de lodo con la ropa sucia y fuera de época digna para una novela de terror.

 

Afuera de la casa donde ubico la violinista hay una pintura con colores palpitantes que parecen sobresalir de la pared, las letras redondeadas resalta la palabra “Bronx”; un muchacho con una guitarra sale del edificio y antes que la puerta se cierre me escabullo al interior, no cuestiono a donde voy solo sé que ella estará ahí, me detengo frente a la puerta de mi victima ¿Creen que sea buena idea tocar o solo debería irrumpir y tomarla? No, no, seré educada… por el momento; toco el cristal y del otro lado una voz fina responde.

 

-Vamos Joshua ¿Qué olvidaste? Ven, tus cables están a lado de las bocinas…- Dice la violinista abriendo la puerta distraída sin repar en mi dándome la espalda al creer que soy alguien conocido.

 

-Error pequeña, no soy Joshua…- mi voz la desconcierta y hace que voltee, veo como su cara se desencaja al notar mi apariencia. Me abalanzo sobre la joven, la inmovilizo sin mayor esfuerzo y le cubro la boca. -Shhh… Tranquila, quiero que hagas algo por mí, toca tu violín.

 

La violinista se niega moviendo la cabeza de lado a lado, eso es suficiente para que sea violenta con ella y la azote contra la pared.

 

-Por lo visto tu especie sigue siendo altanera y rebelde…- Me exalto, siento como si la cara me ardiera.

 

-No me hagas daño, llévate todo lo de valor…

 

-¿No te das cuenta que lo que quiero es ti? Tu y yo nos vamos a divertir… Por  aquí debe de haber algo que me sea de utilidad… oh si esto es perfecto, filoso y puntiagudo.

 

Jale a la violinista por el cabello al interior de la cocina  y brutalmente la subyugue sobre la barra, empuñe el cuchillo y de un tajo rebane el terso cuello, de inmediato la sangre emergió a borbotones.

 

-Te extrañé tanto tibia muerte…- Mis labios se posan sobre la tibia piel, el cálido néctar se desliza por mi garganta, succiono con avidez y desesperación, el latir de su corazón retumba en mi cabeza, rápido y brioso, mi piel toma vida y calor conforme bebo de mi dulce violinista, ese instante sublime llega justo antes de sorber la ultima gota de sangre, su cuerpo cae desmadejado, sin vida, me siento viva y renovada.

 

Corto con el cuchillo su ropa y piel, cerceno un canal desde el cuello hasta la pelvis, tiro con fuerza sobre los músculos meto mis manos dentro de la herida, aún esta tibia, observo con detenimiento, estudiando como cada órgano se apaga.


Todo sigue igual, siempre lo mismo, ningún cambio en la evolución de estos primates…

  

 

By Gabriel

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