Dudas y sospechas

Londres - Noviembre 1887

Una potente explosión cimbra las oficinas de los Yards, una fuerte humareda proveniente del distrito Mayfair, la columna de humo tiñe el cielo casi oscureciendo la mañana.

 

Hay un rápido despliegue de unidades policiacas y de auxilio, abordan los carromatos con diez integrantes cada uno, en el carro principal viaja Craig sentado junto a sus compañeros, observa a su alrededor, está casi seguro que la Mansión es la punta de un iceberg de todos los acontecimientos extraños que últimamente se han vivido en Londres, finalmente llegan a su destino, se detienen frente al portón principal de una extinta mansión, el cuerpo policiaco desciende de dos en dos de los carromatos.

 

El Señor Robert es segundo en jefe Anderson ordenaba a gritos.

 

-Acordonen la zona, los demás entren y busquen alguna pista, huellas señales de lucha, si encuentran algo notifiquen de inmediato y permanezcan alerta-

 

Dadas las ordenes los Yards entran dispersándose pero de inmediato se detienen en seco,  quedan atónitos por lo que sus ojos ven el patio principal, hay una cruz con un hombre clavado en ella, increíblemente sigue con vida, las gotas de sangre que escurren deja por completo la nieve negra, es un gran charco, la poca servidumbre que aún se queda no se mueve, están muy asustados simplemente se limitaban a mirar a los Yards con los rostros desencajados y llenos de hollín. Tras unos segundos de impacto los policias reaccionan toman a la gente y la ponen salvo.

 

De entre el cuerpo policiaco sale Craig, es el único en caminar directo a aquel hombre crucificado mientras lo hace de su bolsillo saca un sobre que deja caer en las llamas de una fogata

 

-Creo que la subasta se ha suspendido por ahora, requirió de la ayuda de siete hombres más para bajar a esté infeliz de la cruz-

 

Cuando el viejo es bajado del tormento medieval Craig se aproxima a él, le llama la atención que el viejo balbucea incoherencias, en su delirio cuenta  que correrá sangre por todo Londres si no entrega a su agresor.

 

Por órdenes de señor Robert Anderson aquel moribundo es enviado a un centro Psiquiátrico bajo custodia.

 

 

Craig sabe que en ese lugar de destrucción no hay mas por buscar, por eso se ofrece a los testigos de regreso a las oficinas. Después de los interrogatorios, tras horas de declaraciones la única constante es que cada testigo asegura haber escuchado al viejo advertir a un tipo de rasgos toscos que vendrían a buscarlo los Cainitas y los Malkavian. Exhausto Craig deja de lado la indagatoria, quiere descartar sus sospechas y solo dos personas pueden aclarar este turbio panorama uno se encontra recluido y el segundo está desaparecido.

 

By Rhudd

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