LAS HIJAS DE MAQUIAVELO

Londres - Noviembre 1887

 

La noche es tierna aún, en la bóveda celeste se vislumbran algunas estrellas que titilan furtivamente, el frío en el ambiente provoca que las ventanas se empañen en el interior de las casas, la noche es apacible, ajena a la masacre en la casa de Elías y su madre.

 

Gabriel camina por las calles oscuras de Whitelchapel, va silbando y al compás de la melodía que sale de sus labios gira su bastón, sus pasos la llevan a la casa de su protectora, antes de tocar el timbre ajusta su chaqueta y se quita el bombín colocándolo bajo el brazo con la mano libre alisa su cabello, sus delgados y pálidos dedos empujan la puerta de la entrada principal que cruje a su paso. El semblante de Gabriel tiene un extraño gesto que asemeja calma y paz.

 

El interior de la casa de la Tremere es solitario, un olor a moho llena el ambiente, Gabriel frunce la nariz al percibir el casi imperceptible tufo, a su encuentro sale un mayordomo.

 

-Soy Haziq ¿En qué le puede ayudar?- Dice el sirviente con un tono serio.

 

La mujer lo ve de arriba abajo juzgándolo y eleva una ceja.

 

-De ti no necesito nada escoria, llama a Bianca, esperare en el estudio ¡Apresúrate!- Habla de modo prepotente.

 

-Tranquila querida no necesita llamarme aquí estoy, pasa bienvenida ¿Te agrada mi nuevo refugio? No es tan lujoso como el último que tu amigo quemó pero tiene más de lo que necesito- Caminando hacia el salón invita a Gabriel a que la siga tomándola del hombro.

 

Los ojos de Gabriel se iluminan, gira su cabeza a donde proviene el sonido de la voz para ella conocida.

 

-¡Bianca!- Con pasos largos llega a donde esta su protectora y se inclina en una reverencia algo cómica –Heme aquí, sí, es lindo el lugar un poco pequeño, pero pues mejor que el cuchitril en el que estoy ¿Sabes lo de Craig? El polizonte que me investiga-

 

- Vamos querida desde cuando a ti te preocupa un simple policía por más títulos que tenga, claro que sé de él ha tratado de ponerme el pie desde que llegue, la pregunta es ¿Porque? no te parece curioso que tenga tanto interés específicamente en lo que sucede primero contigo, ahora conmigo y con tu amigo Vladimir, a quien por cierto mándale mis saludos y dile que me debe un favor- Sonríe cálidamente con el cuerpo relajado mirando fijamente a Gabriel -Te vez radiante-

 

-¡Oh! Si te contaré, fue fabuloso…- Comienza hablar animada con el sabor de la sangre del niño en su paladar –Era un chiquillo, piel blanca y pecas, melena alborotada y con una mirada tan tierna que me provoco nauseas cuando le vi en la calle por primera vez… Por cierto él y su madre pasaron a mejor vida, la cerda no sé qué le dijo al detective, se llevaron a los empleados de la mansión a la comisaría, hay que arreglar eso antes del baile de máscaras.

 

Bianca toma del hombro nuevamente a Gabriel sentándola suavemente en un sofá y poniéndose de cunclillas frente a ella la mira con un semblante serio -Sabes cuanto te quiero pero esto es grave, te necesito centrada, he dejado que hagas cuanto te ha venido en gana sin importar los perjuicios que me has causado, es tiempo de actuar JUNTAS ¿Me entiendes? Craig esta sobre nosotros y creo que no acabas de entender lo peligroso que es que descubra la raíz de todo esto, necesito que ahora me des una buena razón para cubrirle las espaldas a tus amigos, porque yo responderé por ti pero no sé porque deba hacerlo por ellos.-

 

Gabriel se deja guiar mientras escucha atenta a su protectora, sus ojos reflejan una concentración poco usual, simula exhalar profundo y su voz es pausada y clara, la excitación de un inicio disminuye por completo como si se tratara de otra persona.

 

-Tengo planes para ellos, puede que cuando haya que huir, necesitemos un chivo expiatorio ¿Me sigues? Antes de venir para acá estaba pensando hacerle una visita a Craig, ya sabes, Londres es muy peligroso, los accidentes pasan- La mueca demente que se dibuja en su rostro hace evidente lo que planea.

 

La Tremere asiente una y otra vez con la cabeza poniéndose de pie caminando hacia la ventana, sus ojos eran fríos, no podía dejar que tantos asuntos la abrumaran, tenía que atender uno a la vez para eliminar los errores.

 

-De acuerdo cubriré la espalda de tus amigos y eso incluye a la gente que tienes escondida en la Isla de los Perros y que en su momento me gustaría conocer; por otro lado esta Vladimir, el muy bandido tiene una rabia desmedida pero tendrá que decidir si está con nosotros en todo o no, necesito asegurarme de que este de nuestro lado, y en cuanto a Craig no creo conveniente matarlo no al menos hasta conocer cuantas personas saben de sus sospechas, no creo que trabaje solo, lo necesito para limpiar tu desastre, lo conduciré a otra persona a la que le atribuyan todos tus destrozos humanos ¿Has visto los Diarios? encabezas gran parte de ellos solo compitiendo contra las noticias del parlamento y eso tiene muy nervioso al Consejo-

 

Una risita traviesa se asoma cuando Gabriel escucha al respecto de sus asesinatos.

 

-¡Sí! ¿No es fantástico?...- Ve los inexpresivos ojos de la Tremere y contiene su frenesí, conoce muy bien esa actitud, le infunde respeto y retoma el tema de sus empleados en la Isla –Solo son dos guerreras, el chofer, Vladimir y espero que Anthuan, encomendé que fueran a rescatarlo, lo tienen preso, ordené que lo saquen a cualquier precio, el estúpido cerdo de Craig lo remitió a un psiquiátrico, lo encontró crucificado en las ruinas de la mansión-

 

Frunce los labios fastidiada al recordar al consejo y murmura.

 

-Esos viejos, sería bueno encargarnos de ellos, que la anarquía reine-

 

-¿Anarquía? En Londres- Una carcajada escapa de ella rompiendo la rigidez de su rostro, Gabriel siempre conseguía despertar sentimientos que jamás se permitía, jugando entre sus dedos el medallón que cuelga de su cuello se dirige hacia la malkavian sentándose a su lado atrayéndola con sus brazos a que se acomode entre sus piernas - Eres ambiciosa igual que yo querida, si hacemos las cosas bien tendrás lo que desees hasta que te canses-

 

-Yo solo quiero divertirme, la eternidad es algo aburrida después de algunos cientos de años- Sube los pies al sofá acurrucándose en el regazo de su madre adoptiva para continuar hablando –Hoy, con el niño, recordé algo que pasó hace mucho, cuando conocí a Rhuddlan, igualmente era un infante, más o menos de esa misma edad-

 

-Mi niña- Sus dedos menudos y fríos tocan el cabello de Gabriel como si fueran un objeto que pudiera romperse, sus pupilas dilatadas por la poca cantidad de luz se centran mirando a la Malkavian como si no quisiera perder ningún detalle del cuerpo que yace entre sus piernas -Cuando te conocí, en el primer instante en el que te mire pude ver tus demonios, tenías una maldad tan inocente que de inmediato supe que era cuestión de tiempo para que llegaras a ser un ser poderoso, la pregunta era que harías con tanto poder; somos seres condenados, solo que a veces nos gusta creer que nuestra naturaleza es un don y no una maldición, una de tantas que cosechamos mientras avanzamos y Ruddlan es una de ellas.-

 

La mirada ausente y perdida de Gabriel se sumerge en los recuerdos por un instante y escucha la voz de Bianca algo apagada, como si la amortiguara el eco de sus pensamientos, exhala profundo y habla en un susurro.

 

–No hay tiempo para los sentimentalismos, pero no sé que me pasa con él, me trastorna-

 

-Aun no pierdes tu humanidad, los sentimientos son algo que desarrollamos cuando estuvimos vivos, de alguna forma la sangre oscura nos quita muchas cosas pero algunas permanecen, cada vez que asesinas a alguien para alimentarte tu humanidad se apaga un poco más, y son los apegos los que hacen que en algún momento volvamos a encontrarla, eso te vuelve débil ¿Qué te da ese ser asquerosamente poseído para que le tengas tantas benevolencias?-

 

-Es complicado, me recuerda mucho a mi amado esposo, son sumamente parecidos en el aspecto físico, pero Rhuddlan tiene un alma pura, al parecer incorruptible, hace tiempo él me salvó de morir, después todo se complicó, ya que su sangre está maldita, el destino se empeña en que su linaje y mi vida se crucen constantemente, todo se remonta hacia sus antepasados… Cuando aún era una campesina mortal apestosa-

 

El rostro de Bianca gira hacia la ventana asintiendo, ahora entendía un poco la razón por la cual Gabriel estaba ligada a Ruddlan, de alguna forma la había conducido al punto exacto donde podía decirle lo que realmente quería y el motivo por el que la había llamado. – Un alma incorruptible he, y que hay de ese demonio de poca monta que posee su cuerpo cada vez que le da la gana, ¿Gallaguer es el nombre de ese infeliz no es cierto?

 

-Sí, así es, ese es mi amadísimo esposo, el GRAN estratega y conquistador, enfermo de poder, él, el causante de que sea quien soy- Su semblante se llena de ira al recordar lo sucedido.

 

-Espera querida, me tomo mucho tiempo entender como un humano como Ruddlan podía estar poseído por dos entes que luchan por ocupar su cuerpo, por supuesto que creo en demonios y en muchos seres más que existen igual que nosotros, pero en algo te equivocas. Gallaguer que fue tu esposo cuando eras humana vendió su alma en un rito oscuro a cambio de poder, pero al igual que nosotros nos alimentamos de sangre humana los demonios se alimentan y persisten a través de las almas y el alma de tu esposo ya no existe.- Su voz se vuelve áspera y severa- Ese demonio que ahora lleva su nombre lo mato.

 

Gabriel frunce su rostro como si no comprendiera

 

–¿Lo qué me quieres decir es que Gallaguer ya no es quién era? Creí que solo me odiaba porque cree que yo liberé al vampiro que capturó- Sus ojos se mueven de manera nerviosa al recordar aquella noche cuando la bestia escapó.

 

Lo que quiero decirte – su dedo índice recorre la cicatriz de Gabriel lentamente acariciándola -Es que tu amado está muerto y ese demonio lo mato, y durante años te ha hecho creer que la esencia de tu esposo aún está atrapada en el por eso conserva su nombre ¿No lo vez? Es muy fácil cuando lo comprendes, hace mucho tiempo cuando nosotros ni siquiera existíamos los demonios ya estaban aquí y si lo que lo que he visto y lo que todo tipo de libros documenta de ellos es cierto, siempre han querido “vivir” pero nunca han conseguido hacerlo materialmente como ellos mismos, encontraron la forma de habitar cuerpos humanos para poder lograrlo nada más, pero de esta forma cuando el cuerpo deja de tener vida por los inexplicables tiempos humanos deben buscar otro cuerpo, es por eso que ahora ese maldito demonio posee a Ruddlan-

 

La sutil caricia sobre su rostro la hace consiente de las duras palabras de Bianca.

 

-Vaya, después de tanto, creí que él aún estaba en algún rincón de Rhuddlan- Se incorpora de golpe, cruza su mirada con la de su madre adoptiva y habla atropelladamente –Eso puede solucionarse ¿No? Lo podemos liberar, quizá si abrimos el pecho el alma de Rhuddlan pueda salvarse ¿No lo crees?-

 

Por fin Bianca había logrado despertar una pasión poderosa en Gabriel valiéndose de los recuerdos que tenia de su esposo, solo había que alimentarla un poco más para que creciera, siempre había querido perfeccionar a su concepción la sangre de un vampiro y de alguna forma su linaje cainita lo había logrado pero ahora la idea de obtener un poco de poder de un demonio si es que eso era posible la tenía completamente encaprichada, si lograba lo que quería ella se haría más poderosa y Gabriel habría vengado la muerte de su esposo cerrando un capitulo que durante siglos la había detenido para que explotara todo su potencial, todos ganaban. –Dudo que sea tan sencillo como abrir su pecho, eso solo lo mataría, lo único cierto es que si amas tanto a tu marido como para mantener vivo su recuerdo durante todos estos años, lo correcto sería vengar su muerte ¿No lo crees? Una cosa a la vez…-

 

Sus ojos centellearon al tener una posibilidad de salvar o en su caso redimirse ante los errores del pasado la euforia se nota en su voz, pero poco a poco se apaga en un murmullo hablando más para sí que para su madre.

 

–¡Sí! Pagaré mi deuda con él, le liberaré de su condena, vengaré lo que ha sufrido en estos años… ¿Y qué pasará con Rhuddlan?

 

La tan temida pregunta se había formulado ¿Qué sería de Rhuddlan? Si las cosas se complicaban seguramente tendría que morir, pero Bianca había intentado pensar en todo y si el cuerpo de Rhuddlan no soportaba el despojo siempre existía el recurso de convertirlo en vampiro antes de que su corazón dejara de latir. – Bueno querida si hacemos las cosas bien Rhuddlan vivirá, pero no será sencillo, primero debemos obtener la forma para despojar a ese maldito demonio de su cuerpo y encerrarlo por siempre o… hasta que lo necesitemos uno nunca sabe; la formula existe pero conseguir el libro que la contiene no será fácil tendremos que ir por él-

 

-¡Bien! No se diga más, hay que ir por ese maldito libro- Se reclina en el sofá, para calmar un poco su ansiedad toma tres figuras muy finas de la mesa de a lado y comienza hacer malabares con ellas, su habilidad es impecable, se pone de pie y camina por la estancia sin hacer un solo ruido con sus pisadas mientras habla. –Ahora ¿Qué haremos para el baile de máscaras? Está a unos días de efectuarse, quede con mi querido amigo Vladimir ir a esa reunión, hay que codearnos con los monarcas de este decadente pueblo-

 

Como era de esperarse en la Malkavian no sería sencillo centrarla solamente en la misión de Bianca para acabar con el demonio que quemo su mansión, su venganza llegaría pero sabía que tendría que tener paciencia cosa que a ella le faltaba, una carcajada vuelve a escaparse de su boca mirando a Gabriel haciendo malabares con sus figuras -Cuidado linda intenta no romper nada quieres, y en cuanto al Baile de máscaras iremos pero yo los veré ahí hay algo que debo hacer antes de llegar a ese baile necesito un acompañante, y a Vladimir estaré muy gustosa de verle nuevamente.- Una sonrisa sarcástica se dibuja en su rostro poniéndose de pie.

 

Una a una las finas piezas se fueron estrellando con el suelo rompiéndose estrepitosamente, una mueca tira de su gruesa cicatriz en una torcida sonrisa.

 

–Ups, lo lamento…- Se estrecha contra Bianca y la abraza con efusividad- Pues Madre, si es todo debo partir antes que me alcance el día, el camino es largo y no traje cochero, prefiero caminar y ver que hay por las tétricas calles de Londres, tal vez coja otro pequeño, son deliciosos-

 

 

Abraza a Gabriel dulcemente mirando de reojo el suelo con la piezas rotas.- Adelante querida avísame con un mensajero que deciden para el BAILE DE MASCARAS…

 

By Bianca & Gabriel

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