Frustración

21 de noviembre de 1887 – Londres

 

El castillo que perteneció a los antecesores de Craig, es una fortificación de tipo medieval, construido entre el año 1283 y 1289, ideado como parte de un proyecto más amplio para crear una ciudad amurallada, en algún momento de la historia del lugar fungió como convento, es digno representante de la arquitectura militar del siglo XIV, la piedra con la que fue construido se trajo de la península Creuddyn, Chester y el Wirral, esta piedra arenisca es más colorida y buena para tallar detalles como ventanas. El castillo es de planta rectangular, está dividido en interior y exterior, con cuartos grandes, altas torres con escaleras en espiral de madera, en los muros cuenta con pequeños orificios que sirven como tragaluces. La entrada principal del castillo es atreves del oeste, una defensa exterior en frente de la puerta principal, la puerta es la  original desde que se construyó, es una reja de hierro que conduce a la zona exterior que funge como un amplio jardín plagado de pinos, arbustos con bayas en tonos rojos y naranjas. En el interior hay una serie de cuartos usados por el servicio, incluye una cocina, sala de cocción y panadería, recámaras reales, fue diseñado para formar un palacio real en miniatura. Cuenta con una capilla que la distingue un vitral de colores llamativos al fondo, bancas de cedro y un reclinador acolchado con terciopelo rojo. El interior del castillo está decorado con muy buen gusto, muebles de ébano, cuadros con  imágenes litúrgicas, cortinas blancas que están recogidas permitiendo se ilumine el interior, el sótano guarda unos túneles secretos por debajo que pocos conocen.

 

Es muy temprano cuando Craig y Rhuddlan charlan.

 

-Ya  entendido, te pasaste la noche entera repitiendo el plan ahora ayúdame con estos míseros pedazos de trapos a los que llamas ropa- Rhuddlan un tanto molesto por la moda de la época intenta encontrar algo cómodo, echa un vistazo al guardarropa de Craig.

 

-Tranquilo ya te acostumbraras, es imperativo impedir que Bianca Mayfair se haga de la biblioteca y como tú fuiste el de la brillante idea, te corresponde ejecutarla, yo estoy en la mira por tanto necesitamos distracción- Craig se acerca y comienza a hurgar en el armario

 

-Comprendo yo me las arreglare- Rhuddlan responde mientras coge un par de botas largas.

 

Un golpe fuerte sobre la puerta principal interrumpe la conversación de ambos, se yerguen mirando en dirección a ella Craig lleva el dedo índice a sus labios en señal de silencio, Rhuddlan afirma con su cabeza y se limita a esperar. Craig desciende escalón por escalón hasta la puerta principal.

 

-¿Qué modos son esos de venir a tocar la puerta?- Al llegar Craig abre malhumorado.

 

-Sr Craig, atacó de nuevo- un uniformado con la cara desencajada le toma por el hombro.

 

Craig corre nuevamente por las escaleras hasta la habitación viendo de reojo a Rhuddlan mientras recoge su maletín del escritorio.

 

-No olvides ser discreto y no te metas en líos, búscame en la comisaria tan pronto termines. Esa maldita bestia ha asomado su nariz nuevamente- Dice Craig consternado.

 

Rhuddlan apenas capta lo indispensable.

 

-¿Qué bestia? ¿Qué pasó?-

 

Craig deja atrás a Rhuddlan y sus preguntas, sale por la puerta principal y sube al carruaje de un salto

 

-No pierda tiempo llévame lo más pronto posible- Ordena Craig al chofer.

 

De camino a la escena del crimen Craig se asoma por la ventana del carruaje y da una orden enérgica.

 

-Dobla en la siguiente esquina- Señala con el índice en dirección al distrito Mayfair.

 

El chofer sorprendido, apenas logra desviar los caballos, estos presentan algunas dificultades por la nieve, finalmente logra rehacerse del control de los animales.

 

-¿Por qué este camino Sr? Solo nos retrasara- El chofer molesto lo cuestiona.

 

Craig ya más calmado responde.

 

-Lo sé pero tengo una corazonada, cuando pases cerca de la mansión Mayfair rodéala lentamente, después apresura el paso- Craig regresa a su asiento y sonríe al guardia que le acompaña.

 

El cochero obedece, al llegar a la mansión el carruaje aletarga su andar, Craig echa un vistazo por la ventana, solo se topa con los grandes muros que le impiden ver más allá, al pasar por la parte posterior observa como pequeñas partículas de ceniza salen de la chimenea de la casa y se mezclan con la nieve, satisfecho y sin más nuevamente ordena al chofer acelerar el paso en dirección a la escena del crimen.

 

-¡Vamos date prisa! ¡Vamos tarde!-

 

Después de unos instantes llegan a una modesta casa del distrito Whitelchapel, el carruaje se detiene y Craig desciende al igual que su acompañante. El lugar ya está lleno de curiosos y reporteros hablan todos a la vez cuestionando a Craig, él ni siquiera se inmuta y los ignora.

 

Dentro, el cuadro era macabro, Craig ordena a todos salir, se queda a solas con el cadáver, saca un par de utensilios de su maletín, se limita a ver detalladamente el cuerpo de pies a cabeza.

 

-Qué triste pesadilla- Dice Craig con un tono de pena.

 

Desde el punto donde está la chica abatida, él deduce la distancia de la puerta principal, con pinzas en mano comienza a mover meticulosamente la ropa raída, trata de encontrar cualquier objeto fuera de lugar, enfoca su minucioso procedimiento en los dedos de la muerta, descubre que ella misma se infringió las heridas del rostro.

 

-¿Cómo soportaste el torturarte? Tanto dolor ¿Por qué?- Después de hora y media de análisis, lava los utensilios y los regresa al maletín.

 

Al salir el detective, un par de reporteros lo abordan.

 

-¿Acaso tenemos que esperar a la siguiente victima para que ustedes tengan algún indicio?-

 

Craig sabe que el reportero no está muy lejos de la verdad, hasta ahora solo son corazonadas y conjeturas, con las que de revelar seria tomado por loco, solo responde sombríamente.

 

-Sería necio de mi parte, decir que este mundo no está lleno de maldad- Se abre paso entre la gente, regresa al carruaje y este emprende el camino a la comisaria.

 

Craig está harto de llegar siempre en segundo lugar, azota la puerta de la comisaria al entrar, en su mente no cabe la razón, incluso, ante la situación actual considera pedir ayuda a Rhuddlan, por más increíble que pueda resultar la historia de este pariente recién encontrado. Trata de despejar sus ideas y se sienta frente a su escritorio, un sobre llama su atención, lo distingue un sello particular.

 

 

-¿Subasta de caridad?- Craig piensa que será una buena oportunidad para averiguar sobre sus corazonadas.

 

 

By Craig.

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